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El modelo de la dictadura: La Gran Contrarreforma

La oligarquía chilena usó la dictadura para destruir la componente social de la educación y enfatizó la moral en su forma de patriotismo, orden y ``valores cristiano-occidentales''. La primera etapa de la contrarreforma, que precedería a las nuevas regulaciones que se establecen en torno a 1980, está marcada por la ``limpieza'' eliminación física de profesores y estudiantes, de programas, de textos, de facultades y escuelas completas.

El fantasma que guía la gran contrarreforma es el terror que produjeron en la elite los pobres ``vociferantes'' y ``ansiosos de igualdad económica'' (ver recuadro). Jaime Guzmán, el cerebro del régimen, despotrica contra la tesis ``demagógica'' de aumentar los cupos universitarios que impulsara la Reforma Universitaria 1967-1973, considerándola ``una masificación artificial de la educación superior que iba mucho más lejos de la exigida por la natural evolución social''.[#!GuzmanLarrain!#].


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{\bf Las ideas educacionales: elitismo y miedo a la masifica...
...ica, más vociferantes.'' (El Mercurio, 11 de septiembre 1976).
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La solución de fondo fue drástica: la educación fue reducida a su componente aséptica y útil a al mercado. Ya vimos cómo Camilo Henríquez denunciaba que ``la ignorancia conserva las cadenas de la servidumbre.'' La sola idea republicana de educación, de elevación e igualación de oportunidades producía malos recuerdos. Se destruyeron y desprestigiaron las universidades públicas; se anonimizaron los liceos cambiando sus nombres por códigos; se abandonó la educación primaria a su suerte; se destruyó la organización de los profesores; se la dejó a cargo de jefes militares de segunda.

Así la educación perdió su centralidad en la sociedad, y fue relegada al tercer o cuarto lugar, detrás del orden (lo militar) y de la economía. Cayó así bajo la obsesión de los nuevos gobernantes: el mercado. En vez de educandos, profesores, establecimientos, de temas propiamente educacionales, se pasó a hablar de competitividad, de proveedores, de sostenedores, de clientes, de vouchers, de oferta, de demanda, de eficiencia.

Hay tres ideas matrices que estructuraron las políticas educacionales de la dictadura y que permanecen intocadas hasta hoy día: la educación general como un peligro social; la educación modelada como empresa; y los profesores como empleados subalternos. De ellas pueden derivarse otras consecuencias que hoy la caracterizan, como segregación social y económica; segregación geográfica y centralismo; miedo a la participación; eliminación de la creatividad de estudiantes; asepsia de temas sociales; desprecio por profesores y maestros. Veamos algunas más en detalle.



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Claudio Gutierrez Gallardo 2011-07-08