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El patrón más importante en la función de evaluación es la medición
de material. Debido a que un programa no posee avanzadas
herramientas para medir las consideraciones posicionales del
juego, especialmente aquellas de influencia de largo plazo, es
ideal el saber si una ventaja posicional justifica un sacrificio
de material. Para minimizar este problema el equilibrio material
tiene un efecto dominante en la función de evaluación de los
programas. Esto ha tenido una serie de efectos no deseados. Los
programas son demasiado "avaros" y no pueden realizar
sacrificios o resistir aquellos realizados por el oponente a menos
que un resultado decisivo ocurra en su búsqueda en profundidad.
También dentro de la búsqueda se asume que no se realizarán
sacrificios de material, lo cual altera la correcta evaluación de
varias continuaciones.
Por otro lado un programa de fuerza bruta gana bastante del
hecho de que su función de evaluación valorice altamente el
material. Refiriéndonos al dicho del jugador francés Tartakower,
"Los mejores sacrificios son los del oponente", el programa
explotará en forma infalible cualquier error cometido en el
cálculo de un sacrificio de material, obteniendo la ventaja.
Muchas partidas de ajedrez se deciden por algún error u omisión
táctica por parte de uno de los bandos, por lo cual esta
característica tiene un beneficio especial en estos casos. Si la
función de evaluación del programa está adaptada para favorecer
posiciones dinámicas con muchas posibilidades tácticas y si puede
lograr suficiente profundidad en la búsqueda entonces el programa
no tendrá igual en el cálculo de variantes tácticas frente a su
oponente.
El equilibrio de material es una simple expresión la
cual el programa puede evaluar muy rápidamente. Cuando el
algoritmo alfa-beta trabaja en forma apropiada el equilibro de
material es el único factor a considerar en la mayoría de las
posiciones examinadas por el árbol de variantes, dado que bajo
estándares humanos sería absurdo considerar posiciones con un
desequilibrio de material excesivo.
Una típica expresión de equilibrio material es una
combinación algebraica de la diferencia de material, la cantidad
total de material en el tablero y el número de peones presentes en
el bando con ventaja [68]. Los últimos parámetros son
utilizados para modificar la diferencia de material tal que el
bando con ventaja gana puntuación por realizar cambios de piezas y
a la vez conservando los peones lo cual es en general una buena
estrategia para el final de partida. Esto por su puesto puede
traer problemas en otras situaciones, puesto que en ajedrez
existen muchas excepciones para cada regla. Los scores
generalmente asignados a cada pieza son relativos al valor del
peón, con los valores:
Caballo | : 3 peones |
Torre | : 5 peones |
Alfil | : 3 peones |
Dama | : 9 peones |
El Rey en algunos programas no tiene un valor asignado si bien en
otros se asigna un valor infinito con tal de cambiar drásticamente
la evaluación material en caso de su captura. El valor de un peón
es un valor arbitrario que generalmente va entre 50 y 100 puntos.
La simple contabilización de los puntos en ajedrez sería una
estrategia básica para un jugador iniciado, pero para jugadores
que logran un nivel de maestro este concepto es reemplazado por
una evaluación más sofisticada del valor de cada pieza en una
situación particular durante la partida. El maestro realiza esto
en forma prácticamente instintiva basado en la experiencia
adquirida en cientos de partidas jugadas. Por ejemplo, el maestro
sabe que si bien el Alfil es algo mejor que el Caballo existen
ciertos tipos de posiciones en las cuales un Alfil no cumple un
rol mayor que un peón, o incluso situaciones en las cuales un
Caballo puede ser más valioso que una Torre. Estos conceptos por
supuesto resultaban demasiado sofisticados para los primeros
programas.
Debido al factor dominante del material en la evaluación de la
posición, un programa genera un score de prueba basado en este
concepto y aplica ciertas correcciones (generalmente menores que
el valor de un peón) las cuales representan el máximo efecto
posible de los factores posicionales. El score de prueba es
entonces examinado por la rutina de búsqueda para verificar si
produce un corte. Si el corte se produce el programa ha encontrado
una refutación basada en factores materiales y no necesita
realizar una evaluación posicional de la situación. Esta facilidad
de la función de evaluación salva mucho tiempo de análisis dado
que cerca del 50 y 90 por ciento de las posiciones actualmente
evaluadas pueden ser eliminadas sólo por consideraciones
materiales.
Asumiendo que esto no ocurra, el programa genera entonces un
valor para el factor posicional de la evaluación. Este
corresponde a la suma del número de términos que tienen diferente
peso dependiendo de su importancia. En general los factores
relacionados con material y consideraciones tácticas poseen un
peso mayor que aquellos que representan conceptos mas abstractos.
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Santiago de Chile, Julio 2003