Brugge
es una ciudad llena de canales y muchas construcciones son de la edad media.
Estos canales eran usados antes para el comercio, pues eran las vías
de comunicación con otras ciudades. Al final de la edad media los
canales empezaron a estancarse y Brugge perdio la importancia como puerto
cayendo en decadencia. Es por esta misma razón que la gente empezo
a emigrar a otras ciudades y no hubo progreso dejando la ciudad detenida
en el siglo XVI-XVII. En el siglo XIX fue redescubierta gracias a un libro
que describía sus encantos lo que atrajo muchos visitantes. Actualmente
está siempre invadida de turistas...
Brugge
además tiene dos plazas muy bonitas con típicos edificios
góticos y barrocos. Si uno se adentra más en los barrios
residenciales la ciudad toma un aire bastante misterioso dado el poco movimiento
y pareciera realmente estar en otra época.
Otras cosas para visitar: el museo costumbrista, la capilla de la santa
sangre (preciosa, gótica llena de colores brillantes), museo de
la cerveza(hay varios), las tiendas de encaje, etc. También siempre
es interesante pasar a algún café o restaurante, que siempre
están decorados de una forma poco usual en Bélgica, son relativamente
baratos. Ahí por supuesto hay que probar alguna cerveza local que
son exelentes