Entre mediados de enero y marzo de este año tuve el placer de realizar un mini-sabático en Nueva Zelanda, en la Universidad de Canterbury, Christchurch, gracias a la fundación Erskine. Erskine fue un neozelandés, compañero de Rutherford en esta universidad, que amasó una fortuna en la bolsa y legó gran parte de ella a su alma mater en los años 60, para permitir invitar y enviar profesores del/al exterior. Durante mi estadía tuve la oportunidad de compartir con la delegación senatorial chilena que visitó Nueva Zelanda, conocer al activo embajador chileno y participar en la reunión de la APEC en ciencia y tecnología. A continuación les cuento algo de esta experiencia.
Nueva Zelanda
Nueva Zelanda tiene sólo cuatro millones de habitantes, de los cuales
un 75% vive en la isla norte, que comenzó a ser colonizada por los
ingleses sólo en 1820, cuando Chile ya era independiente. Los aborígenes
de la isla, los maoríes, de origen polinésico, poseen un lenguaje
similar al pascuense y posiblemente tuvieron en el pasado intercambio comercial
con Sudamérica, como lo demuestra la existencia del camote y la papa
siglos antes de los ingleses. Tuve la oportunidad de conocer ambas islas
recorriendo desde Auckland a Wellington en la isla norte y luego desde Dunedin
a Christchurch en la isla sur, pasando por la famosa Queenstown y sus deportes
extremos, recorriendo los fiordos y glaciares de la costa oeste y algunos
de los parajes de la ya famosa trilogía de Peter Jackson basada en
El Señor de los Anillos de Tolkien. En una isla donde hay más
de 20 ovejas por persona, sorprende encontrar servicios turísticos
y carreteras pavimentadas (con puentes de una sola pista) hasta en el último
rincón de ella.
Christchurch, la ciudad principal de la isla sur, tiene 300 mil habitantes
y está un poco más al sur que Quellón, con un clima similar
al de la Patagonia Argentina. Es una ciudad llena de parques y cruzada por
el río Avon, tranquila, con dos grandes universidades, la de Canterbury
y la de Lincoln. Una fracción importante de los estudiantes son extranjeros,
la mayoría orientales, pero también del medio oriente y otras
partes de Asia. Al igual que Australia, una de los ingresos más importantes
es la educación universitaria, tanto en pregrado como postgrado. Christchurch,
despues de Auckland, es el segundo polo tecnológico del país,
desde la biotecnología y las tecnologías de la información,
hasta las ciencias relacionadas con la Antártida.
Ciencia y Tecnología
Nueva Zelanda es un ejemplo de como un país pequeño puede
generar tecnología y desarrollarse. Por ejemplo, actualmente el número
de científicos y publicaciones per cápita es más alto
que en la comunidad europea, y sólo el 50% del financiamiento proviene
del gobierno. Su sistema de ciencia y tecnología incluye nueve laboratorios
de investigación del estado (enfocados en agricultura y bosques, medio
ambiente, desarrollo sustentable y geología), ocho universidades públicas
(cinco en el norte y tres en el sur) que hospedan siete centros de excelencia
(biotecnología, matemáticas, materiales y nanotecnología,
entre otros). El sector privado se ha concentrado principalmente en
tecnologías de la información, incluyendo su aplicación
al cine y la televisión, y en biotecnología. Les mencionó
algunos ejemplos de nuestra área:
Si tiene preguntas o sugerencias, envíe e-mail a rbaeza@dcc.uchile.cl