La E-vieja empresa

José M. Piquer

Por cuanto el uso del cabello largo a la manera de los rufianes o indios salvajes ha empezado a invadir a la actual Inglaterra como uso contrario a la palabra de Dios (...) manifestamos nuestro desagrado y aborrecimiento por el uso de tales cabelleras como costumbre indecorosa e indigna del varón.
- Anuario año 1649 Universidad de Harvard, USA. Tomado de ``Que Dios se lo pague" de Isidoro Loi.

Ahora que la nueva economía ya no es nueva ni exitosa, cabe preguntarse si seguiremos en la línea de rejuvenecer empresas, eliminando corbatas y rigideces, y eliminando a todos los mayores de 40 años. En un aviso me tocó leer: Conozca la nueva nueva economía (esa en la que se gana dinero). ¿Volveremos a la vieja economía?

Aunque algunos conceptos básicos de racionalidad están de vuelta, como no gastar sin límite, como preocuparse de los flujos y esos detalles, creo que no volveremos del todo al mundo anterior. Por eso es que la PyME chilena no tiene vuelta si no comienza a cambiar de mundo y a incorporar tecnología.

Hoy el mundo es dinámico. Cambiamos todo el tiempo nuestro producto, nuestro negocio, nuestros precios. Necesitamos empresas adaptables y flexibles, con personas adaptables y flexibles.

En general, el ser humano es muy adaptable, lo que es una de sus mejores características. Hay personas felices que viven en la Antártida, el altiplano, el sahara y Nueva York. Sin embargo, no somos demasiado flexibles durante el transcurso de nuestras vidas. Sacamos a alguien de Nueva York y lo llevamos a vivir al altiplano y no sabe qué hacer. Se angustia y sufre.

El cambio, la libertad y los desafíos nos generan angustia y stress. Eso mismo es lo que nos hace enfrentarlos bien y encontrar buenas soluciones. Sin embargo, no lo soportamos muy bien en forma permanente.

Para empresas tradicionales, produciendo lo mismo por cincuenta años, no resulta fácil transforarse en e-empresas, flexibles, dinámicas, cambiantes y jóvenes. La tecnología no es el principal obstáculo, el verdadero problema es la angustia. Debiéramos aprender a disfrutar la angustia, a buscarla y usarla en nuestro camino.

Las certezas no existen, y nunca existieron. Cuando creímos que el ser empleado público era de por vida, que nunca nos iban a echar de IBM, que nunca nos iban a echar por comprar IBM, que Microsoft iba a dominar el mundo, que el muro de Berlín iba a estar ahí para siempre, que íbamos a jubilar a los 50 y vivir hasta los 100 y tantas otras certezas, todas eran falsas. Tuvimos la ilusión de vivir en un mundo predecible, sin sorpresas, sin angustias. Sin embargo, siempre fue mentira. La vida es lo que ocurrió mientras hacíamos planes.

La E-empresa es aquella que acepta la realidad y la usa para su supervivencia. La vieja empresa era aquella que intentaba engañarnos creando un mundo de fantasía irreal y seguro.

Por otro lado, el mundo tampoco cambia tan rápido como parece. El cobre sigue generando dinero. Los teléfonos también. Decodificar el genoma humano no sirvió para nada. Tenemos tiempo para reaccionar y adaptarnos con calma, no hay para qué desesperarse. Sin embargo, es suicida pensar que este escenario se mantendrá así para siempre.

Los jóvenes nos ayudarán con sus ideas y talento, los viejos de más de 40 años les contaremos lo que nosotros aprendimos, y podremos construir juntos el Chile tecnológico que soñamos.

Tenemos algo de tiempo. Pero no mucho.





José M. Piquer
Thu Mar 22 00:04:31 CLT 2001