El estado, el mercado e Internet

José M. Piquer

Desnuda de frío y hermosa como ayer,
tan exacta como dos y dos son tres.
Ella llegó a mí, apenas la pude ver
aprendí a disimular mi estupidez.

Bienvenida Casandra
Bienvenida al sol y mi niñez,
sigue y sigue bailando alrededor
aunque siempre seamos pocos los que aun te podamos ver.

Les contaste un cuento sabiéndolo contar,
y creyeron que tu alma andaba mal.
La mediocridad para algunos es normal,
la locura es poder ver más allá.

El tuerto en el país de los ciegos, Sui Generis.

Desde hace aproximadamente un año que varias voces se han levantado para reclamar que Internet en Chile no avanza como se debe. Desde el crecimiento simple de hosts contabilizados, hasta la desaparición de algunos proveedores por falta de clientes nos han ido convenciendo que las cosas no están bien.

Es claro que nuestros vecinos más poderosos (Argentina y Brasil en particular) han reaccionado y finalmente están logrando integrarse mejor al fenómeno mundial de Internet. En Chile, en cambio, partimos mucho antes, pero como que parecemos estancados.

En una columna anterior ya defendí mi punto de vista, en el que digo que no me parece tan dramática la cosa. Sin embargo, sí me parece insostenible la falta de una intranet de alta velocidad dentro del país interconectando a todos los proveedores de IP en Chile.

Mezclando ambos puntos, se ha escuchado cada vez más una petición de intervención del estado en este tema, declarando a Internet un servicio público, regulándolo a través de la subsecretaría de telecomunicaciones e incentivándolo a través de subsidios a diversos proyectos.

Después de haberme seducido un poco, la idea de la regulación me parece ahora francamente repulsiva. Viendo los errores cometidos por las entidades reguladores en los países vecinos, me temo que cualquier paso en esa dirección terminará de matar a Internet en Chile, dificultando aun más el proveer servicios. La tecnología en Internet evoluciona a velocidades incomparables a la telefonía. El sistema celular se puede regular, porque el hardware de conexión forma parte del sistema y no se puede cambiar de un momento a otro. Internet no tiene hardware asociado, es simplemente un servicio de valor agregado sobre cualquier forma de transmisión (de hecho el servicio es simplemente un servicio de ruteo IP). Como tal, una vez terminada la ley que regula el sistema, probablemente ese sistema ya estrá obsoleto.

Internet es realmente un ente nuevo y distinto a todo lo que ha existido antes. Aunque suena bien decir que es un servicio público, por otro lado es claramente distinto a los caminos y los teléfonos. La principal diferencia radica en que Internet es independiente de la infraestructura.

Por otro lado, si lo que buscamos es obligar a los proveedores a interconectarse entre sí, cuando ellos no lo desean, siempre encontrarán un subterfugio para cumplir la regulación sin que sirva para nada. Después de todo la telefónica Manquehue demoró más de diez años en lograr que la CTC la conectara de verdad (yo tuve de los primeros teléfonos Manquehue y llamar a cualquier teléfono CTC era peor que llamar a China).

Aun tengo esperanza en la raza humana, y confío en que nuestros proveedores terminarán cediendo a la presión de sus clientes que les exigen interconexión de alta velocidad. Una vez escuché a alguien decir: "la falta de conexión nacional no es ningún problema importante en Chile".

Adivinen si era un cliente o un proveedor.





José M. Piquer
Mon Apr 13 11:44:38 CST 1998