El Profesional Informático

José M. Piquer

El hombre cotidiano vive con sus objetivos, un deseo de futuro o de justificación. Evalúa sus chances, cuenta con el después, su jubilación o el trabajo de sus hijos. Todavía cree que algo en su vida puede dirigirse.
-- El Mito de Sísifo, Albert Camus

¿Qué es un buen profesional informático? ¿Corresponde al que forman las universidades? Por mucho tiempo me ha tocado participar en múltiples foros con empresarios, discutiendo sobre el perfil de nuestros profesionales. Muchos los critican, en particular apuntando a que la Universidad forma un técnico de muy alto nivel, pero que lo que el mercado necesita es un experto en gestión de proyectos y manejo de personas.

Efectivamente, el mercado laboral es bastante claro. El ingeniero informático recién egresado es altamente valorado y buscado para realizar los desarrollos técnicos en grupos de trabajo. Se espera que maneje las últimas tecnologías y sea adaptable al ambiente de trabajo.

Después de diez años, ese mismo ingeniero debe haber ascendido a una labor gerencial, alejado de los fierros. Si no lo ha hecho, está en el borde de una crisis donde, de quedar cesante, puede serle muy difícil encontrar trabajo.

Me pregunto seriamente si es esa una evolución racional. Chile sufre hoy de una escasez aguda de profesionales informáticos y de telecomunicaciones, no de gerentes. Mi visión de estos profesionales no es de futuros gerentes. El buen profesional se parece a un médico: buena visión, habilidad profesional, buen diagnóstico. En general, es un artista de la creación. Un médico no espera ser director para dejar de ejercer la medicina. Se espera de él que se mantenga activo. Mi opinión es que un informático que se aleja de los fierros pierde ese contacto básico con la realidad que hizo de él un buen profesional.

Me parece que la carrera de los técnicos debiera tener una salida distinta a la simple gerencia. Tal vez en la medida que hayan requerimientos tecnológicos más importantes en las empresas chilenas, se vayan creando gerencias de desarrollo, donde el gerente también genere código.

El arte de programar, de diseñar, de armar proyectos tecnológicos se pierde si no se ejerce y debe aprenderse joven. Los estudiantes tienen la posibilidad de aprender y aprehender conceptos cuando son jóvenes universitarios que nunca después tendrán. Es el buen momento para mostrarles sistemas bien hechos, para entrenarlos en el desarrollo e integración de sistemas avanzados. Probablemente, no es el mismo ambiente que encontrarán en las empresas, pero los habremos entrenado en cómo se hacen bien las cosas.

Después, al igual que los médicos, deberán esforzarse por mantenerse al día, estudiando toda la vida, porque un año sin mirar hacia afuera nos deja obsoletos para siempre. Por ello, el entrenamiento en aprender, en auto-instruirse, en entender manuales complejos, es también parte fundamental del entrenamiento.





José M. Piquer
Mon Dec 21 22:03:31 CLST 1998