Las Universidades y sus Rankings




José M. Piquer
Profesor Asociado, Depto Cs de la Computación, U. de Chile
jpiquer@nic.cl


Todos los años se elabora el ranking de las universidades chilenas en base a una serie de parámetros organizado por la revista Qué Pasa.

Un índice muy importante que se incluye en ese ranking, y que es utilizado en todo el mundo para medir la investigación, es el número de papers publicados en revistas internacionales indexadas por el Institute for Scientific Information (ISI), más conocidos como "papers ISI". Como las métricas generan realidades, incluso las universidades privadas, que tenían una fuerte tradición docente, se han enfocado hacia este índice y comienzan a publicar y a investigar.

Así, nos encontramos con un escenario donde las universidades privadas y públicas compiten compartiendo un sistema de benchmarking más o menos bien aceptado por todas ellas. Al mirar los resultados, podemos constatar con alivio que las universidades tradicionales dominan cómodamente el ranking y es tentador dormirse en los laureles. Sin embargo, la tendencia a largo plazo creo que favorece a las universidades privadas: su dinamismo, su costumbre de operar con el mundo privado y el tener menos que perder, las hace mucho más ágiles al momento de innovar. Y, nada despreciable, tienen buenas espaldas financieras cuando deciden hacer universidad en serio y no repartir dineros en formas oscuras o con immobiliarias asociadas. Las universidades tradicionales no hemos sabido desprendernos de nuestras trabas para aumentar la brecha que nos separa de nuestros competidores. Particularmente la Universidad de Chile sufre el control a priori de dos contralorías y la Universidad Católica sufre el tutelaje que le impone la Iglesia Católica que es como una contraloría moral (como en Chile hay más infieles que corruptos, creo que les toca peor que a nosotros).

Nos acercamos al día en que una universidad privada lidere ese ranking y termine siendo la mejor universidad del país. Afortunadamente para el resto de nosotros, el camino es largo y difícil, porque no es posible tener una universidad de excelencia con malos alumnos y, para atraer alumnos buenos, se requiere ser una universidad de excelencia.

Esto nos da un tiempo para buscar caminos e ir construyendo un sistema universitario sólido, de calidad y competitivo, donde podamos posicionarnos en el primer lugar. Un tema que me preocupa hoy es que las universidades privadas tienden a copiar el modelo de evaluación y exigencias que tienen las universidades públicas. Yo estoy convencido que el sistema actual es malo e ineficiente.

La tradición de las universidades chilenas es que los académicos a jornada completa deben cumplir las tres funciones básicas: docencia, investigación y administración. Se busca que todos realicen estas tres funciones con excelencia. El resultado es que todos los profesores terminamos siendo como el pato: sabe volar, nadar y caminar... pero todo lo hace más o menos mal. El modelo teórico imperante es que un investigador de nivel internacional es "un maestro" y que, por definición, es un buen docente porque sabe tanto que enseña casi de puro mirarlo.

Aquí se aplica ese viejo dicho que la distancia de la teoría a la práctica es poca en teoría pero mucha en la práctica. En mi experiencia, la capacidad de investigar y la capacidad de enseñar no tienen ninguna relación entre ellas. Si hubiese una relación, yo pensaría más bien en una relación opuesta: cuando alguien sabe demasiado sobre un tema, es difícil que pueda enseñar las bases solamente, o que sepa como simplificar algunos detalles para hacer la explicación más intuitiva.

Por ello, creo que debemos cambiar la evaluación académica, permitiendo que nos especialicemos en lo que somos buenos, aceptando que no somos todos buenos para todo. Si un profesor publica bien y no hace buenas clases, dejémoslo que no haga clases. Si un excelente docente publica poco, dejémosle que se dedique a la docencia. Si un profesor ganó un proyecto grande y debe dedicarse a gestionar un laboratorio, dejémosle que se dedique a la administración.

Para la universidades privadas: copien lo bueno, pero modifiquen lo malo para ir mostrando el camino al resto.





Jose M. Piquer 2005-05-03