Hace ya algún tiempo que nos están insistiendo en que la solución a nuestros problemas viene por la integración de servicios. Es decir, habrá una sóla llegada a nuestras casas, con teléfono, TV, Internet, video en demanda, karaoke en demanda y todos los bytes que podamos tragar. La única pregunta parece ser >cuál cable?, puesto que se discute si será el cobre del teléfono, el coaxial del TV cable, la fibra óptica, o, porqué no, los cables de energía de la compañía de electricidad.
No me parece obvio que sea atractivo. Cuando se cae la red, es útil poder usar el teléfono. Durante la crisis del gusano de la Internet en 1988, Morris intentó avisar del monstruo que había creado y envió correo electrónico a todos los administradores, alertando sobre lo que ocurría. Los mensajes llegaron una semana después, cuando el gusano había sido exterminado.
A mí no me molesta tener múltiples cables llegando a la casa, tener dos teléfonos (uno de cada compañía) me parece buena idea. Y siempre puedo cambiar un proveedor de servicios y comprar lo más barato y el mejor servicio de cada uno.
Es verdad que cablear la casa una sola vez es atractivo, pero seguramente también podría integrar todas las llegadas con un multiplexor barato. Grabar una película en mi computador, o usarlo de contestador telefónico está bien, pero igual puedo usar un grabador de video o un contestador automático.
Me parece que lo que en realidad pasa es que a las compañías grandes sí que les conviene integrar los servicios. Ellos ahorran costos y tienen a los clientes más cautivos. Si eso les permite darnos los servicios a menor precio, bienvenido. Pero ningún cliente pagará más por la integración, y aún así creo que mantendremos múltiples cables llegando a la casa, por lo menos uno de cada proveedor, para sentirnos más seguros y tener más alternativas.
En cuanto a las empresas, tener redes integradas puede ser interesante, puesto que el cableado es efecivamente una inversión importante, y puede resultar carísimo el duplicarlo varias veces. Sin embargo, yo pensaría bien en la calidad de servicio y en la disponibilidad. Los datos y la telefonía tienden a tener comportamientos muy distintos. Por ejemplo, aún no hay ninguna red ATM de servicio en el mundo que esté transportando ambos tipos de tráfico. En esto más vale esperar que la tecnología madure.
En resumen, la integración de los servicios es una muy buena idea para los proveedores. Para los clientes, lo que importa es la disponibilidad y la confiabilidad, que nunca vendrá por la vía de la centralización.