Breve Historia de una Revolución




José M. Piquer
Profesor Asociado, Depto Cs de la Computación, U. de Chile
jpiquer@nic.cl


En 1986, en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile, en una oscura sala de máquinas que más parecía bodega, nos conectamos con un computador de la Universidad de Santiago y otro de la Universidad Católica para intercambiar mail. Ese mismo año logramos una conexión internacional con Francia y luego con Estados Unidos para tener mail con el resto del mundo. En 1987 inscribimos el dominio .CL y comenzamos a administrarlo para poder tener direcciones de mail tipo Internet. Yo era en ese entonces un estudiante en tesis, además de dirigente estudiantil. El ambiente en Chile era confrontacional y de triste futuro (nadie sospechaba que en 1988 Pinochet perdería el plebiscito), y la Universidad de Chile era uno de los centros de la confrontación, haciendo muy difícil trabajar y estudiar allí.

Sería fácil hoy dar un discurso victorioso y decir que tuvimos tanta visión de futuro que siempre supimos que estábamos haciendo historia. Pero la verdad no es tan simple, y hoy me pregunto qué estábamos haciendo en esos días, qué soñábamos y porqué invertimos tanto esfuerzo y ganas en algo en lo que nadie creía. De eso sí estoy seguro: nadie creía en la red. No existía el web, ni siquiera sistemas de información, ni siquiera el Fax.

Creo que, en realidad, solo queríamos hacer bien las cosas. A pesar del país, a pesar del mundo todavía dividido por una cortina de hierro, queríamos ser un grupo de investigación "de verdad". Para eso, sabíamos que la red podía salvarnos del aislamiento, de ser esta isla de paz y tranquilidad desconectada del planeta.

En 1992, nos conectamos a Internet con un enlace dedicado y en 1993 nos trajimos el servidor de .CL a Chile. Luego, la historia se nos vino encima: en 1995 Entel y CTC comienzan a vender acceso a Internet, en 1998 el SII comienza a recibir declaraciones por Internet, en 1999 Almacenes Paris lanza su sitio de ventas, el 2000 un presidente de Chile dice varias veces Internet en su discurso del 21 de mayo.

Hoy, Internet nos ha cambiado todos los niveles de la realidad: cómo nuestros hijos hacen sus tareas, cómo pagamos las cuentas, cómo aprendemos y buscamos información, cómo escuchamos música y vemos películas, cómo compramos. A la pasada ha amenazado, destruido y creado cientos de áreas de negocios. Resulta vertiginoso, porque todo esto ha ocurrido en 10 años, lo que nos vuelve viejos históricos muy rápido y no nos permite predecir lo que viene a futuro porque no hemos logrado entender bien el fenómeno aun.

Un ejemplo importante que conozco bien de cerca es el impacto que ha tenido Internet en la educación universitaria. Parafraseando a Sun microsystems, yo diría que hoy "la Universidad es la red". Tal vez hoy incluso la red es más importante que la sala de clases. Y no solo la red interna de la Universidad, sus propios contenidos y material de apoyo que, obviamente, son esenciales en una buena Universidad. También es Internet completo: he visto a mis estudiantes con apuntes de otras Universidades dando mis exámenes. Debemos aprender a dar clases sabiendo que los estudiantes tienen un mundo de información en el que ya saben moverse muy bien, probablemente deberemos disminuir las horas de clases y cambiarlas por trabajo individual, al mismo tiempo que la clase deja de ser expositiva y pasa a ser de trabajo conjunto.

Pero la vida no es tan simple. Al igual que en muchas otras áreas, las Universidades tienen una tradición y una historia que respetar: la sala de clase con tiza y pizarrón es fruto de años y años de aprendizaje y ha demostrado su utilidad y fortaleza. Botarla y reemplazarla por cualquier tecnología probablemente cause más daño que beneficio. Pero ese argumento no puede ser utilizado para impedir el cambio que se nos impone.

Probablemente a muchas empresas (telefónicas, música, cine, retail, etc) les pase lo mismo y se vean hoy empujados al cambio y traten de resistirlo. Al final, en ese difícil equilibrio entre tradición y cambio está la clave para el éxito.





Jose M. Piquer 2005-06-07