El Futuro de Internet

José M. Piquer

Alarga tus patitas enguantadas, esperanza yerta.
Enciendo un fósforo: caliéntate. Te alcanza.
Después contemplaremos nuestros rostros
y pensaremos: cómo
ha cambiado.

Creíamos el uno en el otro. Ves, no se debe.
Estira tus manitas frías, esperanza.

Nada que hacer, el fósforo se apaga.

A la esperanza, Julio Cortázar

Alguien decía que era muy difícil hacer predicciones, especialmente acerca del futuro. A medida que envejecemos, nos va pareciendo que el pasado era mejor y que cada vez hay más amenazas y peligros ligados al progreso y a la tecnología. Sin embargo, al mirar de cerca, típicamente las cosas eran más o menos iguales antes que ahora.

La tecnología simplemente ayuda a hacer las cosas de una forma u otra, pero no crea nuevos peligros. La pornografía vía Internet no es una novedad en sí, sólo el medio. Sin embargo, el transformarse en la fuente de información principal de todo el planeta, al integrar a todos en una red internacional, surge la posibilidad de una cultura global, de pérdida de identidad local, de desarrollar un lenguaje común. De alguna forma, tal vez estamos borrando las fronteras, los límites y a los provicianos.

La visión pesimista apunta a un futuro en que la gente no sabrá salir más de sus casas, sólo se conocerá y tendrá sexo virtualmente, y dejará de pertenecer a una comunidad local. El optimista apunta más a una aldea global interconectada, integrada en un esquema valórico internacional, evitando guerras y conflictos culturales.

Supongo que el futuro va por alguna parte entre ambas visiones, pero Internet jugará un rol protagónico en cualquiera de los escenarios que se desarrollan. Es curioso como Internet puede transformarse en una nueva forma de expresión y comunicación para la gente. He conocido tímidos incapaces de comunicar, que a través de e-mail logran expresarse en forma desenvuelta y segura. He conocido amables personas que a través de la red se vuelven insoportables e irracionales. De alguna forma, el comunicar a través de una red cambia mi forma de relación y permite en algunos casos superar limitaciones propias. Ciertas discusiones y acuerdos resultan más simples, directos y breves a través de Internet. Otros resultan imposibles, y se requiere una reunión o un almuerzo frente a frente para poder zanjar el tema. Ahí la virtualidad aun no es suficiente.

Por otro lado, también es obvio que causa adicción, alienación y en algunos casos obsesión. Tengo alumnos que han sido expulsados de la Facultad porque olvidaron que estaban estudiando y simplemente pasaron todo el semestre conectados en una estación de trabajo. Sin embargo, no necesito Internet para eso. Recuerdo que en mi adolescencia los muchachos se volvían adictos al flipper, una pelota con lucecitas. Después fue la televisión, los juegos de video y ahora Internet. La tecnología no crea el problema, solo entrega nuevos medios. De todos los medios, Internet me parece el más sano, porque generalmente la adicción va más acompañada de interacción con otra gente. La necesidad de la gente de encontrarse, conocerse y conversar parece ser inagotable. Internet provee una solución segura y simple de conocer a cientos de personas antes de encontrarse físicamente en algún lugar.

El futuro no se ve tan oscuro. El hecho de conocernos de un extremo del mundo a otro. Mis alumnos ahora tienen amigos a lo largo de todo el planeta. Cuando viajan, alojan en casas de amigos que conocieron a través de la red. El mundo ya no es un lugar extraño para ellos, y la cultura efectivamente se va compartiendo de un lugar a otro. Vamos construyendo una cultura humana y compartida, donde me parece más difícil construir extremismos insensatos.

Nuestros hijos, que nacieron con Internet, lo respiran como un utensilio de supervivencia más, y contemplan al mundo como algo mucho más pequeño y frágil de lo que nosotros nunca imaginamos.

Internet no salvará al planeta, pero puede ayudar.




José M. Piquer
Fri Mar 19 21:49:42 CLT 1999