La semana pasada miles de notebooks Dell fueron comprados en Chile por Internet a un poco más de 77 mil pesos cada uno. En el momento de elegir el procesador del modelo, había que seleccionar uno un poco más barato que el normal y, mágicamente, el precio bajaba de 300.000 pesos a 77.000. Hay algunos videos en youtube.com que muestran el momento justo en que esto ocurría. No veo como alguien podría haber pensado, de buena fe, que esto era una oferta oficial: no había ningún anuncio, y el disminuir la capacidad del procesador debió bajar el precio en unos 20.000 pesos máximo.
Obviamente fue un error de la página web de Dell lo que permitió esto, y los chilenos se pasaron rápidamente el dato, logrando comprar una enorme cantidad de computadores en el lapso de unas cuatro horas. Dell emitió comunicados oficiales reconociendo el error, y diciendo que había ocurrido en varios países de Latino-América, pero al buscar esta noticia en Google no logré encontrar ningún caso que no fuera chileno.
En todo caso, lo primero que asombra es la velocidad del chileno para aprovechar cualquier truco que le permita hacer una pillería. Nunca alguien pensó que había que alertar a Dell. Tampoco ninguno pensó que esto era una oferta de último minuto. Todos sabían que era un error, y la consigna era aprovecharlo. Hay muchas opiniones en Internet de gente que decía: ¡qué terrible, llegué tarde!
En Chile, el que aprovecha es el inteligente, el astuto, el admirado. Los que no nos aprovechamos del error, quedamos como tontos, los lentos del grupo. Y no vaya a haber alguno que prefirió no comprar por honesto, porque ese sería el retardado mental del grupo.
El otro aspecto interesante de la noticia es que el error fue cometido miles de veces por un computador. Un dicho conocido en computación es: "cometer un error es humano, pero para cometer mil millones de errores por segundo se requiere un computador". Obviamente el error inicial fue humano: alguien ingresó un valor erróneo al sistema. Pero su ejecución tantas veces sin que nadie lo advirtiera es típicamente computacional. En el mundo físico, de tiendas con humanos que venden objetos, probablemente el error se habría detectado mucho antes, cuando el vendedor viera que el precio era absurdo para ese producto.
El vender por Internet, sin intervención humana, tiene múltiples ventajas: los computadores no hacen sindicatos, no se quejan, no tienen estados de ánimo y son mucho más baratos. Además, no necesito tiendas en ninguna parte del mundo y puedo llegar a todas partes. Pero los errores ahora pueden causarme daños enormes en muy corto tiempo.
Creo que el marco legal que nos rige para los derechos de los consumidores y productores debe revisarse en torno a las ventas por Internet. Aunque entiendo al SERNAC cuando dice que Dell debe cumplir con estas ventas ya que "se comprometió" a entregar ese producto a ese precio, también molesta un poco en este caso defender tanto a estos consumidores que, definitivamente, sabían que estaban abusando de un error computacional. Y que, el que "se comprometió" fue un computador sin ninguna conciencia de lo que estaba haciendo.
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