La Ciber-Tijera


José M. Piquer

Mira a su secretaria imaginándola
desnuda y en su cama
y vuelve a trabajar...
Las Increíbles Aventuras del Señor Tijeras, Charly García
}

Otra vez nos toca enfrentar una curiosa propuesta de censura a Internet. Esta vez es un proyecto de ley presentado por un grupo de diputados, que propone que algunas actividades sean ilegales en Internet. Uno de los mejores puntos que esta ley propone que algunas cosas sean ilegales sólo en Internet, puesto que no son actualmente ilegales en ningún otro medio.

Aunque es difícil que este tipo de leyes causen algún impacto real de ser aprobadas, demuestran el desconocimiento existente sobre la red a nivel de las autoridades y eso sí es peligroso. También demuestran lo atractivo que es para nuestro país prohibir, censurar, restringir y comandar lo que tenemos que pensar. En un país donde estamos tratando de promover Internet, donde estamos preocupados de mejorar su tasa de crecimiento, en particular promoviendo la existencia de servicios atractivos en Chile, resulta un tanto contradictorio proponer leyes que limiten su uso.

Sería mejor darle más tiempo al sistema, antes de intentar regularlo. Nadie entiende todavía cómo Internet será utilizado en el futuro, qué servicios serán los más populares, qué medios de pago se utilizarán y qué crímenes se cometerán. Es un territorio nuevo, que estamos definiendo y colonizando. Debemos dejar que se desarrolle primero, y luego iremos decubriendo cómo domesticarlo.

Sobre las leyes y los medios de comunicación, ya es hora que vayamos entendiendo que pasó el tiempo en el que cada medio tenía su ley, su marco y sus propias regulaciones. Internet y la digitalización de los medios han vuelto obsoletas esas definiciones. ¿Qué es el teléfono hoy? ¿Qué es la radio? ¿Qué es un disco de música? ¿Qué es un diario?

Debemos tender a definir leyes genéricas, que sean aplicables a cualquier medio. Si es ilegal incitar a la violencia, debe ser ilegal en cualquier medio. Si existe libertad de expresión, debe existir en cualquier medio. No se requiere una ley distinta para Internet, las leyes existentes debieran ser aplicables. Hay que separar la legislación sobre el contenido de los medios en general, de aquellas que buscan regular el acceso a los recursos escasos (frecuencias de radio, líneas de datos, etc). Separar los medios físicos, del servicio entregado. No hablar más de telefonía, sino de los pares de cobre. No hablar más de radio, sino de las frecuencias. Por otro lado, hablar sólo de medios de comunicación, de contenido. Una canción es la misma sobre cualquier soporte. Una proclama, una foto, es lo mismo.

Lo único que diferencia un poco más a Internet, es que los servidores implicados pueden estar en cualquier parte del mundo. Esto requiere un marco de acuerdos internacionales para definir las reglas básicas de qué está prohibido en el mundo civilizado.

Aún así, las leyes locales juegan un cierto rol, puesto que definen la cultura colectiva. Un amigo me decía que el freno de Internet en Chile es que no había suficiente pornografía. Yo le discutía que eso no debiera ser un problema, porque el idioma no me parecía muy relevante en ese tema. La respuesta fue que no era un problema de idioma, sino cultural: en Chile, el erotismo es muy mal visto. Por muy Internet que sea esto, la navegación erótica se hace escondido, a oscuras, en una pieza con llave. En muchos países, la pornografía hizo despegar las redes y los servicios en línea (como el Minitel en Francia), porque es un tema muy aceptado, que se hace en pareja, o para buscar pareja, y nadie lo anda ocultando. En Chile, tendremos que buscar otras motivaciones, porque culturalmente falta mucho para que logremos aceptar al erotismo como una de las fuerzas positivas de la comunidad.

Por mientras, hay que garantizar la libertad en Internet en Chile, de modo de promover su desarrollo sostenido, buscando sus propias vías antes de limitarla y censurarla.





José M. Piquer
Mon Sep 20 13:36:12 CLT 1999