A censurar Internet!

José M. Piquer

``Libertad Absoluta de Volar
Claro que sin salirse de su jaula."
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Hace un año escribí una columna sobre la censura. Ahora el tema vuelve a reflotar, desde que Internet está de moda y hasta diputados andan hablando de censurar Internet. Lo interesante del caso, es que en realidad es imposible hacerlo.

Para comprender esto, hay que conocer cómo funciona Internet. Lo más simple es asociarlo con la red telefónica internacional, sólo que en este caso los costos no son proporcionales a la distancia. Una red internacional interconectada es, por definición, no censurable. Por lo menos no es decisión local de cada país, ni de cada suscriptor. Los computadores conectados a esta red, en cualquier país del mundo, proveen servicios de información al resto de la red. Los contenidos de dichos servidores le dan toda su fuerza e interés a la red (puesto que la conectividad por sí sola es completamente inútil), sin embargo no son controlados ni organizados por nadie.

Si alguien quiere poner información sobre fabricación de drogas, armas, incitación al racismo, pornografía, nazismo, etc, es cosa de conectar su computador a Internet. Muchas de estas cosas son ilegales en algunos países, pero no siempre en todo el mundo. Un servidor de información está sujeto a las leyes del país en que se encuentra, sin embargo es accesible desde todo el mundo. Por ello, basta colocar el servidor en un país en que su información sea legal. Desde los países donde ese servicio es ilegal, no hay cómo impedir que el servidor sea accesible.

Por ello, es imposible hacer que los proveedores de conectividad sean responsables de los contenidos accesibles a través de la red. Es como si la compañía de teléfonos fuese responsable de las conversaciones que se hacen por teléfono. Más bien, hay que adaptarse al nuevo sistema, ir buscando acuerdos internacionales para perseguir violaciones a la ley internacional. Hace falta un marco de ley global, de modo que la red esté sujeta a ella, y los servidores de información sean responsables frente a la ley de lo que colocan en ellos.

La integración del mundo en un espacio cibernético donde ya las distancias y las fronteras no importan, genera la necesidad de regulación global. Las leyes locales y la censura local ya no son viables, puesto que la tecnología las ha vuelto obsoletas. Ahora debemos integrarnos al mundo y asumir que la moral, la información y la legalidad deberán ser de nivel global y que nuestras sempiternas fronteras ya no serán más suficientes para mantenernos aislados, refugiados en nuestras provinciales costumbres.

En definitiva, la tecnología ha terminado por integrarnos al mundo, y a medida que los costos se hagan cada día más accesibles, esto no estará solo reservado a las clases dominantes. Atrás quedarán los días en que toda la prensa nacional tenía su propia versión de los hechos. Ahora todos tendremos acceso a las diferentes versiones, y ya no podremos cerrar los ojos a la realidad.





Jose' Piquer
Sun Mar 24 10:44:19 CST 1996