REDES

La Verdadera y Real Historia

de Internet en Chile

La idea no sólo era unir cables, sino que además a las personas, con sus experiencias y conocimientos. Una historia que en Chile tiene aproximadamente 10 años, tan reciente que nos hace ver lo rápido que corre este mundo a través de las carreteras de la información.

UNA nueva visión de mundo, sueños pioneros y la decisión de una docena de personas, lograron que hoy Chile posea uno de los lugares privilegiados en Latinoamérica en el concepto de las redes de informática. Su inserción en Internet no fue de la noche a la mañana. Fueron varios proyectos que en su conjunto lograrían desarrollar el conocimiento y la experiencia para entrar en muy buen pie a la era del conocimiento.

Estas tareas se realizaron en una primera instancia por separado. Por un lado se encontraban los expertos en reunir la información y por el otro aquellas personas que hacían posible el sustento técnico de ésta.

En ese entonces la idea de red era algo más que algo electrónico, ya que no existían los recursos.

-Era más bien una red cooperativa de personas que deseaban lograr un producto de información común -explica Ana María Prat, Directora del Depto de Información de Conicyt.

Los proyectos se centralizaron en el problema de que la gente que asumía tareas de investigación, no tenía acceso a información. Entre estas redes se destaca a Reduc, Red Latinoamericana de Información en Educación, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), que partió a mediados de los 70, y en la cual participaban cerca de 17 países latinoamericanos. Hasta 1984 cada centro de la red producía resúmenes analíticos de las investigaciones en papel, y los publicaba en cada país miembro.

-Esta red nos permitió conocer las investigaciones de nuestros vecinos, en educación, compartir información y evitar las duplicaciones innecesarias -explica Jaime Vargas, Coordinador General de Reduc.

A partir de ese momento, la informática se tomó la red, ya que los contenidos de ésta se pudieron preservar en bases de datos automatizadas.

Hacia 1985, funcionaba a nivel nacional una red de información entre la Fac de Medicina de la U de Chile y el Ministerio de Salud.

Muchas de estas redes eran bancos de datos que empezaron a reunir, desde simples microfichas, hasta evolucionar a los CD-ROM e instrumentos mediales gracias a la tecnología actual.

CON LAS MANOS EN LA MASA

A mediado de los años 80, nacen varios proyectos simultáneos, entre los que destacan el de los Deptos de Informática y el de los Centros de Computación de las Ues chilenas.

Corrían los meses de abril y mayo de 1986 cuando se envió el primer correo electrónico desde el Depto de Cs de la Computación (DCC) de la U de Chile al Depto de Ingeniería Informática (DII) de la Usach: «Si este mail te llega, abramos una botella de champaña.»

Estos Deptos, con 2 modems de 300 bps de velocidad, 2 máquinas Towers donadas por NCR y una línea telefónica directa, lograron la conexión bajo la plataforma UUCP (Unix to Unix Copy Program).

-Se trabajó con medios muy precarios, que hoy serían calificados de «rascas»; era una época de bastante pobreza en las Ues -recuerda Edgardo Krell, hoy Jefe del Depto de Informática de la Superintendencia de AFPs, quien, en conjunto con Sergio Mujica, trabajó en el proyecto en la Usach cuando eran académicos.

Debido al pequeño ancho de banda, esta red funcionaba básicamente con la transferencia de correo electrónico y pequeños archivos.

Hacía falta algo más que presionar algún icono con el mouse... Pero, pese a lo precario, dejaba a expertos y usuarios preparados para lo que más tarde sería la entrada de Chile en Internet.

-El sistema de dominio para el ruteo de direcciones en el cual Chile posee la sigla .cl, fue establecido en aquella ocasión

-señala Patricio Poblete, actual Director del DCC de la U.

La falta de interés de las autoridades de la Usach de esa época dejaron decaer el proyecto.

-Las autoridades no entendían la enorme potencialidad del proyecto, incluso habían profesores de otros Deptos que te preguntaban porqué no usabas el teléfono o el fax -comenta Krell. Existía mucha indiferencia respecto del tema, lo que impidió que se consiguieran los recursos necesarios para continuar.

En esta etapa se suma a la red la UC.

Mientras tanto, en la U el proyecto empezaba a tomar forma, logrando la proyección de esta red a EU.

El proyecto en la U estuvo en las manos de Patricio Poblete, José Miguel Piquer, Pdte del Comité de Informática de la Fac de Cs Físicas y Matemáticas, y Jorge Olivos, hoy Director del Centro de Computación de la U (CEC), entonces director del DCC.

-Si teníamos un módem en EU, otro aquí, y de por medio una línea telefónica, tendríamos que tener los mismos resultados -argumenta el académico José Miguel Piquer.

Pero los primeros enlaces internacionales vía UUCP fueron con Francia, gracias a académicos chilenos que habían realizado su doctorado allá y que aún mantenían sus contactos. Esta conexión con Francia era sobre una línea de paquete X.25 y no sobre línea telefónica.

-Como era una red de datos, supusimos que saldría más barato -explica Piquer, uno de los afrancesados-; sin embargo, la línea telefónica con modems «rápidos» (en esa época 9.6 Kbps), resultó mucho más económica. La conexión con Francia se realizó a traves del INRIA, Instituto de Investigación Informática Francés.

Con la compra de modems a EU, se dio paso al enlace con el mayor proveedor de redes UUCP, UUNET, hoy el principal proveedor de Internet en ese país. Esta conexión se realizó con grandes facilidades, ya que el ingreso fue gratuito, costeándose sólo la línea telefónica. Clave en este paso fue Rick Adams, hoy alto personero de UUNET, quien se contactó con los académicos de la U. Así el nodo central de llegada y salida de información se encontró en las dependencias del DCC de la U. Hasta aquí llegaban los mails de las otras 2 Ues que luego salían a EU. Chile saludaba al mundo con un nuevo lenguaje: la teleinformática.

Para el académico José Miguel Piquer, este proyecto logró elevar los niveles de conocimiento en el área, dejando a Chile en un muy buen pie para entrar años más tarde a Internet.

-Cuando entramos a la Internet como país, en realidad las cosas funcionaron muy bien.

Mientras los Deptos de Computación e Informática de las Ues de Chile, de Stgo y Católica concretaban el proyecto de red UUCP, en septiembre de 1986 se realiza el I Encuentro IBM - Académicos Asociados que reúne a altos ejecutivos de la empresa y a distintos académicos de las Ues de Chile, de Stgo, Católica, Diego Portales, de la Serena, de Valparaíso y Católica de Valparaíso. El punto esencial es el proyecto denominado Red Académica Chilena (más tarde Reuna), que aspiraba a la posibilidad de conectar a todas las Ues, bibliotecas y centros de investigación del país entre sí y además con entidades similares en el exterior. Los trabajos por unir a los computadores y redes de distinto formato comenzaron, logrando por un breve tiempo conectar máquinas IBM, Digital y Unix.

-Se podría decir que esto fue momentáneo, luego tomaron caminos paralelos -señala Florencio Utreras, Director Ejecutivo de Reuna-; incluso fue aquí cuando se acuñó por primera vez el nombre de «Reuna».

EL CAMINO DE BITNET

En 1981 por primera vez los computadores de la U de Yale y la U de la Ciudad de N York (EU) logran un enlace, dando inicio a la que más tarde sería la gran red académica mundial BITNET (Because It's Time NETwork).

La diferencia que tenía esta red con las primeras establecidas en nuestro país es que era de configuración más global y no por áreas. Esta mirada es el resultado de un cambio generacional del manejo de la información, que se desarrolla con mayor intensidad con la llegada de Internet. La solicitud de incorporación fue negociada, desde fines de 1986, por el Centro de Computación (CEC) de la U a través del entonces director Florencio Utreras.

Educom, entidad administrativa de BITNET en EU, da el visto bueno al ingreso de Chile a la red académica más importante del mundo en esos momentos, seguida a poca distancia por la creciente Internet.

EL PAPEL DE LA NASA

Para hacer posible este enlace era necesario pasar 2 barreras: disponer en Chile de un nodo especial coordinador que hiciera posible un tráfico fluido y sin interrupciones desde cualquier nodo remoto interno hacia el exterior.

Lo segundo era lograr un enlace satelital asequible.

IBM entregó el soporte técnico donando un procesador 4341 a la Fac de Cs Físicas y Matemáticas de la U, para que lo usaran como centro de información y mantenedor de la red.

Quedaba el paso más difícil e importante: la concesión del enlace satelital a EU.

Hasta entonces, la NASA poseía una red cerrada de comunicaciones en transferencia de datos y línea telefónica con Chile, en las dependencias de la Estación de Rastreo de Peldehue, dependiente del Centro de Estudios Espaciales (CEE) de la U. Era un circuito permanente de línea directa abierto las 24 hr a través de una línea Entel.

El CEC se contactó con Pedro Ramírez, Gerente de Estudios y Finanzas del CEE de la U, y analizaron la posibilidad de ocupar la línea de la NASA para hacer el enlace con BITNET.

Al CEC y el CEE se sumó la intervención del Comité de Asuntos Espaciales de Chile, quien sería el encargado de pedir la autorización.

El proyecto postulaba la idea de enlazar el circuito desde el Centro de Computación hasta Peldehue, donde la señal subiría al satélite después de pasar por Entel, para ser recepcionada posteriormente por la base Goddard de la NASA (v. infografía en p. 2). Otra fase importante sería hacer la conexión entre el Centro de Rastreos Espaciales Goddard con la U de Maryland, que sería el nodo enlace de BITNET.

En mayo de 1987 empezaron las negociaciones entre chilenos y estadounidenses, con la ayuda de personas clave entre las que destacan Bruce Crabill, de la U de Maryland, y Wesley Bodin, Jefe de Redes de Rastreo Terrestre de NASA.

A mitad de año, ya se había presentado el proyecto oficial a los altos personeros de la NASA, y todo parecía darse a favor de las insistencias del grupo de profesionales chilenos.

LA AYUDA DE MATAVERI

No faltaron los problemas.

Muchos profesionales de NASA se encontraban molestos debido a la supuesta «violación» que significaría la utilización del circuito con un fin que no fuera el original, de las misiones de rastreo.

La intervención de Harry Barnes, entonces embajador de EU en nuestro país, logró que estos obstáculos se alejaran. Barnes consiguió el permiso con el Administrador General de la NASA.

-Al embajador le interesaba mucho que en su gestión se hicieran proyectos en ciencia y tecnología, lo que lo transformó en una persona relevante en esta historia -argumenta Eduardo Díaz, Director del CEE de la U.

Ahora se debían hacer los contactos para la conexión entre el Centro Goddard, de la NASA, y la U de Maryland. Aquí, importante fue el papel que desempeñó Eduardo Rojas, académico de la U.

-Fue una persona instrumental, sin el cual no se hubiese obtenido mucho -agrega Eduardo Díaz. Su papel fue esencial, además, en las reuniones con la gente de NASA, para explicar lo importante que era para Chile el enlace BITNET.

Los materiales ya preparados y los permisos entregados, a mediados de septiembre del 87 se comienzan los primeros enlaces con BITNET, entrando en un nuevo mundo de la información. Desde las 20 a 8 horas, durante toda la noche, el circuito lo ocupaban académicos y estudiantes de las instituciones pertenecientes a la naciente Red Universitaria Nacional, Reuna.

Cuando todo iba viento en popa para nuestro país, surgieron nuevas voces de parte de altos personeros de la NASA en contra del proyecto chileno. El embajador Barnes, que no estaba dispuesto a dejar el proyecto a medio camino, se aferró al Acuerdo Mataveri: el permiso para que el transbordador usara la pista del Aeropuerto de Mataveri en la Isla de Pascua, en caso de emergencia, hizo posible un acuerdo de cooperación entre los 2 países el 2/8/85.

En el Acuerdo Mataveri se incluyó el Art. 19 de cooperación científica, que logró el permiso definitivo de la conexión entre la Estación de Rastreo de Peldehue y el Centro Goddard.

La NASA aprobó el enlace el 11/12/87.

Los académicos y estudiantes de las Ues chilenas lograban entrar a un nuevo mundo, donde el acceso de la información de cualquier parte del planeta se encontraría frente a sus monitores; las teclas eran las llaves maestras.

El enlace satelital vía NASA fue de tal trascendencia que Educom estableció que los nodos chilenos y sudamericanos que se afiliaran posteriormente a BITNET lo hicieran a través del nodo establecido en el CEC de la U.

Así es como inicialmente se conectan a través del nodo chileno la U de Buenos Aires, Centro Atómico Argentino, U de Cuyo y U de la República de Uruguay.

-El resto de los países latinoamericanos no lograron nunca ponerse de acuerdo acerca de quién haría de cabeza en cada nación -explica Pedro Ramírez, añadiendo que Chile fue el primer país en hacer un enlace satelital con BITNET; los anteriores sólo eran terrestres.

EL APORTE DE LAS BIBLIOTECAS

A fines de 1984, con el objeto de mejorar y ampliar el acceso a la información bibliográfica existente en el país, se crea Renib (Red Nacional de Información Bibliográfica, dependiente de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).Su creación es el resultado de 2 hechos importantes que surgieron paralelamente, entre los años 1983 y 1984.

Por una parte, María Teresa Sanz, Coordinadora de la Biblioteca Nacional en ese entonces, a través de contactos con el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional de Venezuela, obtiene en donación el software Notis, desarrollado para una catalogación automatizada de las colecciones bibliográficas.

Paralelamente la Comisión Asesora de Bibliotecas y Documentación del Consejo de Rectores y Conicyt integran una comisión especial para analizar la creación de una red de bibliotecas universitarias.

La fusión de estos proyectos hace posible la creación de Renib, bajo la dependencia de la Dibam y bajo los auspicios de la Superintendencia de Educación del Ministerio de Educación.

-A nadie le gustaría andar buscando biblioteca por biblioteca algún libro, si la información la podríamos tener en un sólo lugar -señala Soledad Ferreiro, quien trabajó en el proyecto Renib como Asesora Bibliotecaria y una de las principales gestoras de la red.

La información del catálogo de cada una de las bibliotecas asociadas a Renib pueden encontrarse en un sólo lugar.

Hasta hace algunos meses, sólo se podía acceder a la información automatizada de las colecciones pertenecientes a la Renib desde alguna de las instituciones socias de la red. Hoy, gracias a un esfuerzo conjunto de Renib y la Dibam, esta información se puede encontrar en Internet (www.renib.cl).

-Creo que hemos marcado un hito en lo que se refiere a contenido nacional en Internet -sostiene Soledad Fernández Corugedo, Coordinadora de Renib.

En red existen hoy 8 catálogos con todos los contenidos de bibliotecas de todo el país y, en formación, 2 archivos inéditos de artistas literarios y plásticos.

ASOMA INTERNET

Durante la Guerra Fría, los órganos de inteligencia militar de los EU comenzaron a idear la manera de comunicar a los computadores de las distintas dependencias militares. La idea era no tener un computador matriz, sino, por el contrario, que todos compartieran la misma información, por si cualquiera de ellos era alcanzado por un misil balístico.

ARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Gobierno de los EU, comenzó a trabajar en esta red. Se le denominó ARPANET. Posteriormente, la administró la National Science Foundation (NSF), con el nombre de NSFnet, y ésta es la red que hoy, manejada por proveedores comerciales, llamamos Internet.

Es entonces cuando Reuna comienza a visualizar las posibilidades de Internet.

-Nuestra primera experiencia real con Internet fue desde BITNET, en abril del 88, a traves de un software diseñado por la U de Maryland -señala Florencio Utreras. A través de Lawrence H. Landweber, hoy alto personero de la Internet Society en EU, empezó a conocer de la nueva red.

Conicyt abraza el proyecto y logra reunir a los rectores de las Ues, haciendo que el impulso dado por muchos académicos adquiera un nivel institucional. En julio del 91 se presenta un proyecto a Fondef de Conicyt para unir a las Ues en la red Internet y acceder a un enlace a EU.

Desacuerdos en el interior del consorcio hacen que la UC se descuelgue de Reuna. Reuna proponía la integración de servicios en 3 Centros de Operaciones: Norte, Centro y Sur, y la UC era partidaria de una administración rotativa entre la U , la UC y la Usach, pese a que los costos serían más altos.

Como consecuencia, la UC, la Usach y la UC de Valparaíso (UCV) forman un consorcio alternativo (Unired), que hoy, con el nombre de RdC, está en manos de Sonda.

Los 2 consorcios emprendieron una loca carrera por ser los primeros en conectarse a Internet.

Aunque la política de la NSF, administradora de Internet en aquellos años, era «un país-una conexión», los 2 consorcios chilenos subieron finalmente a la red.

En enero de 1992, Chile entró con pie firme a la apetecida red de redes.

Uno de los problemas que persistió fue que no había una conexión interna entre Reuna y RdC.

-Si yo estaba en Reuna y deseaba conectarme con alguien de RdC, la comunicación se demoraba el doble, porque se daba la vuelta por EU -grafica Edgardo Krell. Para muchos expertos, hubiera sido mejor tener un enlace doble de 128 Kbps y no 2 de 64 Kbps.

El desafío hoy, comenta Soledad Ferreiro, es transformar las redes de computadores en redes de contenido.

-Las redes nos están obligando a un nuevo concepto organizacional: la gestión de información, donde las redes de personas serán indispensables.

Mucha gente abrió los senderos con fuerzas, anhelos y entusiasmo. Hoy sólo queda caminar por ellos e iluminarlos con nuevas ideas.

Juan Andrés Valenzuela Jofré