Cambios al software

El segundo nivel de daño llega cuando la gente quiere cambiar el programa, simplemente porque no se adecúa exactamente a sus necesidades. Tal como me gusta variar una receta de cocina, agregar un poco de orégano a la ensalada que originalmente no lleva orégano simplemente porque me gusta.

A las compañías de software les da lo mismo si la gente puede cambiar o no el software, pero para sus fines es útil impedirlo. Generalmente cuando el software es cerrado no se puede obtener el código fuente, no se pueden hacer cambios. Esto causa que muchos programadores tengan que perder su tiempo haciendo todo de nuevo, y mucha frustración de los usuarios que no pueden tener las capacidades que quisieran. Yo mismo estoy trabajando en una empresa que necesita un software particular, y llevo harto tiempo en eso, habiendo un programa listo que hace casi exactamente lo que necesitamos, pero así como está no sirve. Los cambios que hay que hacer son super chicos, pero simplemente no se puede por problemas de licencia. Tuve que empezar de cero y perder un montón de trabajo. Uno se pregunta cuanta gente en el mundo estará perdiendo el tiempo así.

También hay situaciones en las que hay un programa adecuado pero es incómodo. Seguro que les ha tocado más de una vez trabajar en un sistema que les sirve, pero tiene alguna cosa que les gustaría cambiar. RMS cuenta la historia de las impresoras que tenían en el MIT. La primera vez que tuvieron una impresora gráfica escribieron el software ellos mismos y pusieron un montón de cosas choras, por ejemplo mandaba un mensaje cuando la impresión terminaba, mandaba un mensaje si se acababa el papel y uno tenía un trabajo imprimiendo, etc. Después tuvieron otra impresora, una de las primeras impresoras laser, pero el software se los pasaba Xerox y no podían cambiarlo. Xerox no quería poner esas características y los del MIT no podían, así que tuvieron que contentarse con cosas que funcionaban a medias. Según RMS era frustrante estar listos para arreglar el software pero que se lo impidieran. "Fuimos saboteados", decía.

Ahora, el daño espiritual que viene con este daño material está en el auto-control. Así como en mi casa soy yo (y mi familia) el que decide cómo se ponen los muebles, y por lo tanto la forma como vivimos en ella, si no podemos cambiar la forma en que trabajamos en nuestro computador entonces en la práctica mi forma de usar el computador está bajo el control de otros. Y uno se desmoraliza: "No hay caso de cambiarlo, siempre va a estar malo". Ese desencanto es lo que resulta cuando a uno se le impide arreglar algo.